Literature
Unos Minutos, Una Eternidad
Soltó un leve gemido al sentir cómo el tubo entraba en su cuerpo, de la misma forma que tantas otras veces él lo había hecho. Apretando con fuerza sus labios para no gemir más se dispuso a aceptar el peso de su propia decisión, costase lo que costase. Cuatro minutos más, sólo serían cuatro minutos más antes de que todo acabara.
Una fría lágrima rodó por su mejilla, mientras una sola palabra llenaba por completo su mente. Esta palabra la carcomía por dentro, una maldición que sabía la acompañaría por siempre a partir de aquel día. Estaba segura de e